lunes, 15 de junio de 2009

La vision espiritual

La vision espiritual es la percepcion correcta y solo podemos tener este tipo de vision desde nuestro verdadero yo.

El ego es fisico, nace y muere con el cuerpo fisico, se alimenta de la fisicalidad y crece en la medida que aprende a proteger tu separacion. Es imposible que el ego tenga una vision espiritual.

Si comienzas a lograr visiones espirituales es que estas logrando reanudar la union con tu yo superior, con tu Cristo.

La vision espiritual no puede ver el error, porque lo entrega al espiritu santo quien a su vez lo entrega a la expiacion.

La vision espiritual mira hacia dentro e inmediatamente se da cuenta que el altar ha sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido.

La vision espiritual es conciente de cual es su defensa apropiada, no ataca, mas bien se niega a atacar y solo se sirve de la expiacion para protegerse.

No necesitamos protegernos ni atacar. Si lo hacemos solo nos estamos privando de la ayuda amorosa y perfecta del plan divino. Estamos fortaleciendo el error en vez de iluminarlo para ver que no existe y no tiene verdadero poder.

El curso nos muestra la verdad divina, sin embargo no podemos cambiar el mecanismo de vision que estamos acostumbrados a usar con nuestros propios medios, necesitamos ayuda para lograrlo.

De eso se trata la expiacion, de restituir la vision perfecta deshaciendo el error a nivel mental y utilizando los efectos del nivel fisico en favor de Dios.

Primero es la mente y luego el cuerpo. Primero pensamos y luego actuamos, de nuestros pensamientos errados surgen accciones erradas. Entonces para cambiar el curso de nuestras vidas tenemos que rectificar el modo de pensar, restableciendo la vision espiritual que finalmente nos dara los frutos deseados.

Si cada vez que percibimos un error en nuestro hermano lo entregamos al espiritu santo, este activara la expiacion en nosotros mismos, liberandonos del poder de nuestro ego, que es nuestro unico enemigo, quien nos separa de la filiacion culpando y haciendo juicio de todo.

Cada vez que permitimos a nuestro ego que culpe y castigue, nos estamos castigando y culpando a nosotros mismos, porque somos los hijos de Dios y pertenecemos a el. Si juzgamos al hijo juzgamos al Padre y cada uno somos el hijo del Padre.

Hasta que no recuperemos la vision de unidad estaremos expuestos a que el ego nos separe y nos pierda. Estemos alerta para que esto no ocurra y nos mantengamos en el camino que nos lleva a casa.

Entre Dios y Sus creaciones existe una perfecta interdependencia. El depende de ellas porque las creo perfectas…

Tienen que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separacion. La expiación es la garantia de que finalmente lo lograran.

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Marisol Stevens

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