lunes, 28 de septiembre de 2009

Expiacion sin sacrificio

La crucifixion no establecio la expiacion; fue la resurreccion la que lo hizo.

Muchos cristianos han puesto el enfasis en el dolor y castigo y no en el verdadero regalo, la resurreccion. Lo importante no es como murio Jesus, aunque sin duda fue muy impactante, lo importante es que resucito, y que nos demostro que la muerte no existe.

Hemos querido creer en un Dios castigador, y aun mas, que permitio que uno de sus hijos sufriese por ser bueno.

No fui “castigado” porque tu fueses malo.

Esta creencia provoca una distorsion en nuestra mente, porque planta la semilla del miedo, y de ese modo impide que desarrollemos una mente milagrosa.

Toda nuestra vida hemos estado aprendiendo que nuestras malas acciones merecen un castigo, y que tenemos que ser buenos para que Dios nos ame y nos reciba en el cielo. Hemos aprendido a temerle al infierno, y nuestras creencias religiosas se han basado en el temor impidiendonos desarrollar una verdadera espiritualidad. Hemos separado y juzgado entre el bien y mal, y por lo tanto no nos hemos amado ni aceptado a nosotros mismos.

No hemos querido ver nuestro lado oscuro, lo hemos rechazado y ocultado, sin embargo hemos visto siempre el error y la culpa en nuestros hermanos. Aceptarnos tal como somos es nuestro primer paso en la correccion de nuestra mente.

La inocencia de Dios es el verdadero estado mental de su hijo.

El hijo inocente de Dios es manso, no esta listo para reaccionar, mas bien fluye con la vida sin juzgar los porques ni los comos, y aprende a cada paso y con cada desafio.

El unico aprendizaje se logra cuando se vive con un corazon abierto y dispuesto a unificar y no a separar. No separemos a los hijos de Dios, todos somos uno, no hay buenos ni malos, cada uno esta viviendo su momento en el viaje, y todo esta permitido en el aprendizaje, ello es el libre albedrio en accion.

Entonces sepamos brindarle al hijo de Dios el derecho de cometer errores. De caer y levantarse cuando sea su tiempo, porque nuestro Padre no ve el barro, solo la perla que oculta. Veamos la perla que somos y que es nuestro hermano y activemos la verdadera caridad. Si nos aceptamos como somos, con nuestras debilidades incluidas, estaremos mas dispuestos a amar a nuestro projimo como a si mismos.

Finalmente desterremos de nuestra mente el deseo de castigar a los culpables, porque nos estamos castigando a nosotros mismos. Para que Dios nos ame no tenemos que hacer sacrificios, ni purificarnos a traves de un castigo, solo tenemos que mirar con los ojos de Dios y veremos al hijo de Dios mas alla de cualquier mascara que lo oculte.

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Marisol Stevens




jueves, 17 de septiembre de 2009

Juicio final

El juicio final es la ultima curacion, en vez de un reparto de castigos, por mucho que pienses que los castigos son merecidos.

En el curso, el maestro Jesus nos ensena que el juicio final surgio por causa de la separacion, y es un recurso de aprendizaje que se incluyo en el plan general.
Asi como nos alejamos de nuestro origen divino y fuimos poco a poco quedando de este lado del velo olvidando nuestra verdad, asi mismo debemos regresar en un proceso que proceso que, aunque puede ser muy largo, lo podemos acortar a medida que seamos muchos mas los que recuperemos una mentalidad recta.

Es esencial, no obstante, que te liberes a ti mismo del miedo cuanto antes, pues tienes que escapar del conflicto si es que has de llevar paz a otras mentes.

El juicio final es un proceso que todos emprenderemos con la ayuda de el, nuestro maestro Jesus. Y su objetivo final es recuperar la mentalidad recta que implica la reunion de la filiacion con su Padre-madre.

El castigo es un concepto opuesto a la mentalidad recta, por lo tanto es una illusion mas del ego. El juicio final es el proceso de evaluacion que nos restituye la mentalidad que nos permite conocer lo que tiene valor de lo que no lo tiene.

Hasta que no logremos la capacidad de distinguir correctamente estaremos oscilando entre una voluntad libre y otra aprisionada.

Esta aclaracion que brinda el curso sobre el juicio final, es una piedra fundamental para liberarnos del miedo, para comprender que no seremos castigados por nada externo, que solo sufriremos el dolor infringido por nosotros mismos una y otra vez. Que es vital salir de los ciclos repetidos, de los patrones programados en nuestras celulas por nuestros ancestors y por el sistema, que solo depende de nosotros tomar la decision que cambiara nuestra vida y nos dara el rumbo correcto que tanto hemos buscado.

El juicio es un proceso que todos viviremos, solo el cuando, es la diferencia, pero mientras mas dispuesto a hacer el virage a terreno seguro, menos doloroso sera para cada uno.

Sin duda, cada uno hacemos la diferencia para nuestros hermanos, si somos un facilitador de amor y de luz, o andamos contaminando nuestro entorno siendo una piedra de tropiezo para otros.

Escojamos la luz para nosostros mismos, y compartamos cuando el espiritu nos lo diga, para andar en el camino seguro de la humildad. No nos creamos los salvadores, los conocedores, los mejores y queramos imponer un conocimiento a quienes no andan buscando, porque cada uno tiene su hora perfecta, y es libre de experimentar los recursos de aprendizaje todo el tiempo que necesiten.

Si se examina objetivamente el significado del juicio final, queda muy claro que en realidad es el umbral de la vida. Nadie que viva atemorizado puede estar realmente vivo.

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Marisol Stevens

martes, 1 de septiembre de 2009

Causa y efecto

"He indicado ya que no puedes pedirme que te libere del miedo. Yo se que no existe, pero tu no. Si me interpusiese entre tus pensamientos y sus resultados, estaria interfiriendo en la ley basica de causa y efecto.
De nada seviria que yo menospreciase el poder de tu pensamiento. Ello se opondria directamente al proposito de este curso."

El curso insiste una y otra vez en la importancia de controlar nuestros pensamientos, de filtrarlos y estar atentos. De ello se trata la mentalidad milagrosa, y para ello hay que recibir instruccion y ejercitarse.

El curso de milagros es la intruccion y depende de cada uno lo que hacemos con ella. No son pocos los que se pasan mucho tiempo recibiendo instrucción y muy poco ejercitandola.

No estamos acostumbrados a vigilar nuestra mente, y por ese motivo caemos una y otra vez, y como nuestro maestro nos conoce, se toma mucho tiempo del curso recalcando este tema, y mas aun, El cuenta con nuestra colaboracion.

"No puedo permitir que dejes de vigilar a tu mente, ya que de otro modo no podrias ayudarme."

Obrar milagros requiere que primero nos demos cuenta del poder de nuestra mente, de saber que nuestros pensamientos no se desvanecen, sino mas bien encienden un mecanismo que los materializa. No importa de que naturaleza son los pensamientos, estos afectan nuestras vidas, por lo tanto, un obrador de milagros tiene que ser un conocedor de la ley de la causa y efecto.

Tanto el milagro como el miedo surgen de pensamientos, entonces tenemos que entrenar nuestra mente para elegir el milagro una y otra vez hasta que nuestra vida sane y renazca.

Cuando hemos dado el giro vital que nos propicia una vida de milagros es cuando comenzamos a cooperar con nuestro maestro, porque no solo nuestra vida se engrandece tambien la de todos los que nos rodean.
Todos somos influenciables, eso ha sido precisamente lo que nos hace tan dificil salir de los circulos viciosos, pero cuando estamos convidando la vision que nos ensena el curso de milagros, la nueva actitud de amor que surge de nuestro corazon renovado, les impele a cambiar sus propias percepciones iniciandose en el proceso de despertar.

Para el curso la unica causa verdadera es Dios y el unico efecto su hijo, por lo tanto la causa y efecto que practicamos nosotros es la que surge del miedo. Esa es la gran diferencia entre CREACION y creacion falsa.

Cuando creamos nuestra vida producto de pensamientos temerosos estamos creando, sin duda, pero se trata de la vida que nos aprisiona y aleja de nuestra verdad divina, pero cuando la vida la causa el Dios que nos habita, entonces el efecto es el hijo de Dios que somos, y habiamos olvidado.

Entonces seamos co-creadores con Dios y vivamos una vida de amor, paz y abundancia para compartir con todos nuestros hermanos.

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Marisol Stevens